Desde que pude entender (a groso modo, como ahora) la importancia de establecer un juicio sobre aquello que nos rodea y nos afecta, para en esa medida tomar decisiones (casi siempre) consecuentes con las reflexiones establecidas, decidí juzgar algunas personas que me acompañaban a lo largo de los días, por varias horas, con gran esfuerzo, siempre dispuestos a tolerar muchas cosas que no le tolerarían a muchos de sus iguales pero a mí y a otros como yo sí; como lo peor que me había pasado, me pasaba y me pasará en la vida: los profesores.
Por décadas (cabe anotar que solo he vivido poco más de dos) había detestado a los hombres y mujeres que me forzaban día tras día ha hacer cosas que la mayoría de veces no quería y con psicótico empeño me obligan a aprender temas que no me interesaban. Siempre (aún de niño) desee poder escapar del ciclo repetitivo y monótono que tenía que soportar diariamente y que con los años empeoró, al conocer más y más maestros mediocres, algunos sin carácter o que confundían tenerlo con el maltrato a los estudiantes, tipos lámeselas, snobs, o simplemente idiotas que llenaron de desasosiego mi vida muchas veces, gracias a mi imposibilidad de escapar de sus manos.
Por supuesto que no repudiaba a todos, había algunos buenos, algunos con gracia, con fuerza y pragmatismo, pero los otros, la gran mayoría, nunca fueron así y por eso los aborrecí, a ellos y su oficio, tanto que llegue a sentirlos como “el enemigo” y quise preguntarles: Profe... ¿Porqué me hace esto?
Ahora sé que esa respuesta me habría explicado mucho, ¿Cómo estoy tan seguro? Bueno, porque me uní al enemigo.
Y si, ya he tenido que dar clases, ya he vivido que se siente ser profesor y para que lo sepan, se puede dividir en tres aspectos principales: lo primero que se siente es una angustia (la hijueputa) antes de iniciar la primera clase (puede que también las otras, en cuyo caso están jodidos); lo siguiente, dependiendo como se comporte el grupo, puede ser ansiedad o tranquilidad (que crecerán de forma inversamente proporcional y variarán durante toda la clase, todas las clases); la tercera (asumiendo que la clase salió como se esperaba, dejando de lado la obvia tristeza o ira que sentiría si no) curiosamente ya no depende del entorno como tal, sino de uno, diría que en líneas generales, pueden sentirse tres cosas: satisfacción, alivio o nada. Es la sensación de esa tercera etapa la de determinaría la respuesta a la gran pregunta de este post.
Pensaría yo que un profesor que conteste a la pregunta, con un: por el bien del país, porque esto cambia la sociedad, por los ideales del positivismo (este sería el snob), etc. Es un maestro que sentiría alivio al terminar una buena clase, habría pasado otra más sin percances y de alguna manera sentiría que hace bien (no sabría exactamente cómo). Por su parte, uno que conteste: por la plata, esto es un trabajo pequeño mientras consigo algo mejor, (el nefasto) no sé, etc. Es un maestro de los que no siente nada al terminar, hace las cosas por convención y pensaría que no importa lo que hace o no tiene una repercusión real, un triste y patético personaje que contagia mediocridad.
Ahora, la diferencia la haría un maestro que sintiera satisfacción, este sería alguien que al ser consultado con un: Profe... ¿Porqué me hace esto?, contestaría: Por usted.
Es allí donde está la labor del profesor, no en un gran grupo, no en ideales mecánicos, está en la pequeña labor, en la vida que se toca, en aquel estudiante que puede que no recuerde su nombre, pero recordará lo que le enseño y creerá al menos por un tiempo que tiene un valor en sí mismo. No es grande el maestro que enseña por su beneficio ni por el de una sociedad, sino por el del individuo, sea quien sea, que el sistema le ponga en frente; para arreglar los problemas del mundo hay otros cargos.
Ese, el educador que sale satisfecho, el que de corazón contestaría: por usted, (además de fliparme) fue, es y será aquel profe que sacaría del grupo de los detestables, a los otros los sigo repudiando, mas aún ahora que son mis colegas y si la oportunidad se me da, puedo romperles la jeta.
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Si quieres que se analice algo en particular para el P&E siempre puedes escribirlo en un comentario más abajo, lo revisaremos con gusto.
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Me encantó, comparto la idea y la he sentido esta semana más que nunca. xD
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